El panorama se ha ensombrecido, no solo debido a la pandemia por COVID-19 sino por un periodo de incertidumbre que se acarrea desde antes.
Derivado de la pandemia por COVID-19 se abre el panorama del reinicio de operaciones, que conlleva una nueva normalidad. Pero el panorama se muestra ensombrecido debido también a que desde el 2019 se acarrea un dejo de incertidumbre dentro de la economía que ha afectado a la operación de la industria a nivel global. Así lo destacó Eduardo Medrano Escobar, presidente de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), durante su webinar “Nueva normalidad y arranque de operaciones tras la pandemia por COVID-19” que impartió a través de las plataformas digitales del corporativo Supply Chain Solutions. De acuerdo con el expositor, durante lo que resta del 2020 se verían cifras alarmantes en cuanto a la comercialización de vehículos ligeros en el mundo, debido a la baja en la producción y temporal cierre de plantas a nivel global por la pandemia de COVID-19, que derivaría en dos escenarios: uno (conservador) supondría una caída de hasta el 21 por ciento, mientras que en otro (severo) la caída sería de hasta el 28 por ciento, con respecto a las cifras de caída que ya presenta este rubro desde el pasado 2019.
Admitió que el sector manufacturero en todo el mundo se encontraba en pleno momento de conversión hacia un crecimiento sostenido, sin embargo derivado desde el 2019 y sumado a la pandemia por COVID-19 los pronósticos suponen un escenario pesimista donde si bien no se verán caídas abruptas en el sector, sí se presentarán cifras de crecimiento casi nulas e incluso caídas leves en el sector durante al menos los próximos cinco años.
Derivado del reinicio de operaciones, y con las medidas sanitarias que han dispuesto las autoridades se abre un periodo denominado la “nueva normalidad”, que supone una nueva ‘era’ para la producción manufacturera en el mundo. Sin embargo, este nuevo episodio de la vida fabril también será marcado por otros factores que repercutirán en la operación de las empresas a través de los siguientes meses, que deberán buscar la mejor manera de operar con la optimización de procesos, así como de su personal, de recursos y de otros determinantes factores a considerar. Uno de ellos supone el estrés financiero y presión fiscal al que se someterán las empresas de los sectores esenciales que entran a operación el 1 de junio, pero además las que no fueron consideradas así y que regresan a operaciones de manera gradual en las siguientes semanas, pues en muchos de los casos se continuó con el pago de sueldo, y además deberán de cumplir con sus obligaciones fiscales. Por otro lado se encuentran las regulaciones sanitarias laborales y desplazamiento, que en la mayoría de las empresas requerirá de que las empresas adopten medidas no solo propias para la reducción de riesgos de contagio, sino que implementen instrumentos de inyección de recursos que garanticen que cumplen al 100 por ciento con todos los protocolos de sanidad dispuestos por la autoridad federal ante el reinicio de operaciones. Lo que también generará estrés financiero, al ser una medida que no estaba contemplada en la operación del 2020.
También las empresas deberán comenzar a establecer esquemas de trabajo remoto, que si bien fueron implementados en muchas empresas durante la contingencia, también será necesario se monitoreen para garantizar que son funcionales y eficientes para las empresas. De ello deviene también la sensibilidad en estabilidad social y estado de derecho a la que las empresas se someterán hacia los siguientes meses, en el entendido de que deben generar las mejores condiciones y prácticas al tener a su personal de regreso y bajo el entendido de que la guardia se debe mantener arriba frente a las condiciones de la pandemia que podría presentar su pico más alto tras el regreso a operaciones de las industrias esenciales. Otro de los grandes retos que representa el regreso a las operaciones se encuentra en el replanteamiento de las cadenas de suministro, pues en muchos de los casos variarán de sus orígenes y tendrán que trasladarse por motivos de operación y de costo-beneficio a ubicaciones más competitivas en donde se les permita un mejor margen de operación para el desarrollo estratégico de la cadena de proveeduría. La acelerada incorporación a operaciones digitales y en la nube también será una realidad bajo esta nueva normalidad, pues las empresas deberán considerar ante estas eventualidades tener toda su información en servidores dedicados que les permitan estar dentro de una dinámica más sencilla fuera de las oficinas.
Cambio relación digital con cliente y un ciclo de ventas más cortos son otros de los dos retos a los que se enfrenta la industria con esta nueva normalidad. Ambos suponen la utilización de nuevas herramientas -incluso inexploradas por algunas empresas- para mejorar las condiciones de atención a clientes. Estas metodologías incluso ya se comienzan a emplear por ejemplo en las concesionarias de vehículos, donde a través de aplicaciones las personas pueden personalizar sus vehículos, solicitar pruebas de manejo e incluso realizar la compra de su vehículo. TENDENCIAS EN LA NUEVA NORMALIDAD Ante esta nueva normalidad, Medrano Escobar admite que muchos de los procesos de manufactura cambiarán para bien, con la incorporación además de tecnologías que permitan que las empresas operen de una manera más óptima. Una de las tendencias refiere a tener una maquinaria más fiable e inteligente, que no la obliga a ser más rápida; por otro lado se encuentra la Digitalización y Automatización; una mayor tendencia hacia la formación y soporte digital.
Así mismo se padecerá una “uberización” de servicios, donde éstos deberán ser acercados lo más posible al cliente; como amenaza supone la destrucción creativa; y además anticipa la llegada de tecnologías disruptivas. Dentro también se encontrará la disrupción en la manufactura por la electrificación y otras tecnologías; dentro de esta nueva normalidad además se tomará una mayor conciencia ecológica y responsabilidad social; y se caracterizará por las Near Shore Solutions o “Ecosistemas de Innovación”.
Eduardo Medrano Escobar, presidente de la AMMMT, consideró que tras el inicio de operaciones y ante las condiciones económicas que se presentarán en los próximos meses conviene acercarse a asociaciones como la misma AMMMT, entre otras, a fin de que se a través de la cooperación como el sector industrial pueda salir fortalecido de esta crisis. Entre el papel que destacó deben tomar los organismos de representación, como la AMMMT, consideró importante el hecho de que esto les permite tener acceso a información y acceder a la vez a nuevos mercados; permite además generar consorcios y cadena de proveeduría dependiendo de la industria; les permite tener acceso a promoción y vinculación; da un respaldo institucional a la empresa; y además genera un desarrollo empresarial enfocado sobre todo en la capacitación y financiamiento. Finalmente, y ante el panorama que impera a nivel global, el representante del sector de fabricación de moldes y troqueles en país urgió a tomar en las empresas medidas que les permitan generar las propias condiciones que garanticen su operación a largo término.
Fuente: Automotive Supply News