Una caída sostenida en el consumo global derivado de las afectaciones por la pandemia del COVID-19 (coronavirus), aunado a cierre prolongado de los negocios (como ya se ha venido presentando en los últimos días), afectará las utilidades de los corporativos de América Latina, ocasionando despidos y “afectando el sentimiento del mercado”, señaló Moody’s Investors Service en un nuevo reporte.
“La caída de la actividad económica en China afectará el crecimiento de América Latina, afectando cadenas de suministro, exportaciones y commodities (materias primas)”, afirmó Carolina Chimenti, una Assistant Vice-President de Moody’s.
La propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) declaró que la crisis económica y laboral provocada por la pandemia del COVID-19 podría aumentar el desempleo mundial en casi 25 millones de personas.
Moody´s fue enfático en señalar a las aerolíneas, firmas hoteleras y, en sí, a cualquier compañía con bajos niveles de liquidez en la región como las más expuestas a un choque en la demanda y los mercados de capitales debido al brote de coronavirus.
Sector energético
Por otro lado, la firma calificadora indicó que las petroleras y refinerías tienen una exposición limitada a la interrupción de las cadenas de suministro por el coronavirus, pero se verán afectadas por la mayor volatilidad y caída de los precios del petróleo y gas natural.
“Si bien la mayoría de las compañías de petróleo y gas de la región cuentan con el apoyo de su gobierno, la mexicana Pemex (Petróleos Mexicanos) es la más vulnerable a los precios bajos, siendo que exporta alrededor del 30% de su crudo, mientras que la brasileña Petrobras y la colombiana Ecopetrol tienen estructuras de capital y liquidez más sólidas”, dijo.
En tanto, el sector minero de América Latina tiene una exposición moderada en general, con base en la fuerte calidad crediticia de la mayoría de las compañías como Southern Copper y Vale, aunque las compañías con baja liquidez enfrentan un riesgo mayor.
En general, dijo Moody´s, el sector siderúrgico de Brasil tiene una exposición moderada al brote de coronavirus, siendo que los menores precios internacionales del acero surgen del menor crecimiento económico de China y el excedente de capacidad.
Diferentes hipótesis laborales de la OIT
Sobre la base de las diferentes hipótesis por las consecuencias del COVID-19 sobre el crecimiento del PIB mundial, las estimaciones de la OIT indican un aumento del desempleo mundial de entre 5.3 millones (hipótesis “prudente”) y 24.7 millones (hipótesis “extrema”) a partir de un nivel de base de 188 millones en 2019. En comparación, la crisis financiera mundial de 2008-2009 aumentó el desempleo mundial en 22 millones.
Las caídas del empleo también conllevan grandes pérdidas de ingresos para los trabajadores. El estudio de la OIT estima que éstas se situarán entre 860 mil millones de dólares y 3.4 billones de dólares a finales de 2020. Esto se traducirá en caídas en el consumo de bienes y servicios, lo que a su vez afectará a las perspectivas de las empresas y las economías.
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También se prevé un importante aumento de la pobreza laboral, ya que “la presión sobre los ingresos resultante de la disminución de la actividad económica tendrá un efecto devastador para los trabajadores que se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza”. La OIT estima que entre 8.8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral en todo el mundo, frente a la estimación original para 2020 (que preveía una disminución de 14 millones en todo el mundo).
Fuentes:
moodis.com
t21.com.mx