A continuación expresaremos cuatro dimensiones de renovación personal las cuales están totalmente relacionadas con nuestras organizaciones. Siendo bien trabajadas, benefician al crecimiento de personas, culturas y empresas. Estas dimensiones se enfocan en nutrir y mantener una vida sana y equilibrada alrededor de cuatro pilares fundamentales en la vida de los seres humanos que son:
1) El aspecto físico
2) El aspecto espiritual
3) El aspecto mental
4) El aspecto social/emocional.
Estas mismas dimensiones tienen su analogía y similitud en nuestras organizaciones siendo estas:
1) La Economía
2) El propósito organizacional
3) El talento humano
4) Las relaciones humanas.
Estos cuatro aspectos deben ser renovados de forma constante a fin de mantener y mejorar los resultados, el crecimiento y equilibrio. Esta renovación implica trabajar con un enfoque proactivo e interdependiente logrando así una adicción sana.
Es importante renovar todas las dimensiones por igual, con el mismo ímpetu e intensidad a fin de lograr los resultados esperados. A continuación explicaremos como es posible lograr esto en cada una de las dimensiones buscando así brindar una guía a todos nuestros lectores que sea de ayuda en su vida personal y crecimiento organizacional.
En una organización, la dimensión física se expresa en términos monetarios, económicos y/o financieros, la dimensión espiritual se refiere a la búsqueda de un sentido en el propósito o aportación y en la integridad de la organización, la dimensión mental tiene que ver con el reconocimiento de los empleados, el desarrollo y el empleo del talento y la dimensión social/emocional es la de las relaciones humanas y el modo en que se trata a la gente.
Cuando una organización descuida una o más de estas áreas, el todo resulta negativamente afectado. En este sentido existen organizaciones cuyo único impulso es el económico (ganar dinero) el crecimiento corporativo se ve limitado y esto afecta enormemente el desarrollo cultural. Aunque es un hecho que el ganar dinero es uno de los principales motivos de cualquier organización este no es la razón de ser o propósito organizacional. No podemos vivir sin respirar, pero no vi vimos para respirar. De igual forma hay organizaciones que centran sus esfuerzos en las relaciones humanas y en la dimensión social/emocional descuidando aspectos económicos e indicadores de desempeño viendo afectadas así su crecimiento corporativo de forma negativa.
La dimensión física supone cuidar efectivamente nuestro cuerpo físico: comer el tipo correcto de alimentos, descansar lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad. El ejercicio físico es una de las actividades más potenciadoras que la mayoría de nosotros no realizamos sistemáticamente porque no es urgente. Un buen programa de ejercicios puede llevarse a cabo en casa y permite atender tres áreas del mantenimiento corporal: la resistencia, la flexibilidad y la fuerza. La Resistencia se obtiene con ejercicios aeróbicos y proviene de la eficiencia cardiovascular mejorando así la capacidad del corazón para bombear la sangre a través del cuerpo. La Flexibilidad se logra mediante ejercicios de estiramiento donde la mayoría de los expertos recomienda ejercicios de calentamiento antes y después del enfriamiento de las prácticas aeróbicas. Y la Fuerza se consigue con ejercicios de tensión muscular como las flexiones de brazos, los abdominales, colgar de una barra y alzarse con los brazos, la calistenia simple y el levantamiento de pesas. Segunda Dimensión – La dimensión espiritual.
La renovación de la dimensión espiritual proporciona liderazgo a nuestra propia vida lo cual es nuestro núcleo, nuestro centro, el compromiso con nuestro sistema de valores, un área muy privada de la vida y de importancia suprema. Esta renovación puede realizarse con actividades como la meditación, el yoga o prácticas religiosas. Cuando uno puede abandonar el ruido y el caos de la ciudad, y compartir las armonías y el ritmo de la naturaleza, se siente renovado. Es importante reconocer aquellas amenazas que podrían afectar nuestra vida espiritual como son la falta de principios, la apatía, la pérdida de motivación, la falta de valores familiares, entre muchos otros a fin de controlarlos, eliminarlos o al menos evitarlos. Tenemos paz mental cuando nuestra vida está en armonía con los principios y valores verdaderos, y de ningún otro modo.
La renovación de la dimensión espiritual proporciona liderazgo a nuestra propia vida lo cual es nuestro núcleo, nuestro centro, el compromiso con nuestro sistema de valores, un área muy privada de la vida y de importancia suprema. Esta renovación puede realizarse con actividades como la meditación, el yoga o prácticas religiosas. Cuando uno puede abandonar el ruido y el caos de la ciudad, y compartir las armonías y el ritmo de la naturaleza, se siente renovado. Es importante reconocer aquellas amenazas que podrían afectar nuestra vida espiritual como son la falta de principios, la apatía, la pérdida de motivación, la falta de valores familiares, entre muchos otros a fin de controlarlos, eliminarlos o al menos evitarlos. Tenemos paz mental cuando nuestra vida está en armonía con los principios y valores verdaderos, y de ningún otro modo.
En su mayor parte, nuestro desarrollo mental y nuestra disciplina para el estudio provienen de la educación formal. Pero en cuanto nos libramos de la disciplina exterior de la escuela, muchos dejamos que nuestras mentes se atrofien. Abandonamos la lectura seria, no exploramos con profundidad temas nuevos que no se refieren a nuestro campo de acción, dejamos de pensar analíticamente y de escribir (por lo menos, ya no escribimos con sentido crítico o de un modo que ponga a prueba nuestra capacidad para expresarnos con un lenguaje depurado, claro y conciso). En lugar de ello, pasamos el tiempo viendo televisión, en donde la mayoría de su programación es escasa en temas educativos, principios, valores, contenido de valor profesional y enseñanzas de vida. La educación continuada, que sin cesar pule y amplía la mente es una renovación mental vital. Por ello, es tan valioso leer con amplitud y exponerse a los grandes pensadores. No hay mejor modo de informar y ampliar regularmente la mente que acostumbrarse a viajar y leer buena literatura lo que permitirá penetrar en las mejores mentes y culturas del presente y el pasado del mundo.
Las dimensiones física, espiritual y mental están estrechamente relacionadas con los principios de la visión, el liderazgo y la administración personales. La dimensión social/emocional se enfoca en los principios del liderazgo interpersonal, la comunicación empática y la cooperación creativa. Las dimensiones social y emocional están ligadas entre sí porque nuestra vida emocional se desarrolla (primordial pero no exclusivamente) a partir de nuestras relaciones con los otros, y en ellas se manifiesta. Está dimensión esta altamente relacionada con nuestro sentido de la seguridad personal.
El desempeño organizacional requieren el desarrollo y la renovación de las cuatro dimensiones de un modo sensato y equilibrado. El descuido de cualquier dimensión origina la resistencia de un campo de fuerzas negativo contrario a la efectividad y el crecimiento. Este proceso de perfeccionamiento continuo es el sello del movimiento de la calidad total y la clave del poder económico de países como Japón y Alemania.
Este blog contiene extractos de texto contenidos en el libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen R. Covey”.